El Consejo de Gobierno de la Universidad de Granada, en sesión celebrada el 25 de mayo, informó favorablemente, por unanimidad, las cuentas anuales de 2014 para su posterior elevación al Consejo Social. Los estados financieros a 31 de diciembre de 2014 fueron presentados por el Gerente, Andrés Navarro Galera, quién explicó que mediante las políticas de austeridad y eficiencia la institución universitaria ha mantenido, un año más, una situación económico-financiera equilibrada, saneada y sostenible.
El balance de situación y las magnitudes presupuestarias y financieras reflejan que el actual equipo de gobierno no ha vivido por encima de sus posibilidades ni ha hipotecado el futuro, sino que su gestión financiera va a permitir traspasar al nuevo equipo de gobierno una situación financiera mejor que la que recibió a comienzos de 2008. De hecho, estas cuentas implican una sólida base financiera para las actuaciones de los próximos años y, en particular, dotando de la adecuada cobertura presupuestaria a aquéllas que quedan pendientes hasta el final del presente año.
El resultado presupuestario de 2014 refleja un superávit de 2,86 millones de euros, con un presupuesto de gastos liquidados de 426,77 millones de euros, un remanente de tesorería (de libre disposición) de 26,75 millones de euros y un activo total de 768,89 millones, al que hay que unir un resultado económico-patrimonial, magnitud clave para la sostenibilidad económica, que ha alcanzado la cifra de + 26,74 millones de euros.
En comparación con la situación financiera recibida el 31 de diciembre de 2007, las cuentas de 2014 muestran que el esfuerzo inversor ha implicado una mayor dotación de infraestructuras y equipamiento docente e investigador por valor, en términos incrementales, de 239,72 millones de euros. Asimismo, el patrimonio neto, ya descontadas las deudas, arroja el importe de 609.73 millones de euros, lo que conlleva un aumento de 208,97 millones de euros desde enero de 2008.
Sin embargo, el considerable retraso en la percepción de los ingresos continúa, también en este año, ocasionando fuertes tensiones de tesorería y, sobre todo, un alargamiento importante en los pagos a los proveedores, pese a que instrumentos como el “confirming” están tratando de paliar los perjuicios a los suministradores de bienes y servicio.